BEIJING.-El ministro chino de Exteriores, Qin Gang, y el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, sostuvieron han termun encuentro de casi seis horas en Pekín en el que ambas partes han concluido proseguir con los contactos de alto nivel entre los dos países.
«Ambas partes han mantenido un encuentro largo, franco, profundo y constructivo sobre la relación general entre China y Estados Unidos en relación a cuestiones importantes, y ambas partes han acordado proseguir con los encuentros de alto nivel», según un primer comunicado de la reunión recogido por el diario estatal chino ‘Global Times’.
Blinken ha llegado este domingo a Pekín para rebajar las tensiones entre ambos países, provocadas principalmente por el apoyo de EEUU a Taiwán y por las maniobras militares de China realizadas alrededor de la isla en respuesta, así como por las recientes especulaciones de intentos de espionaje por parte de China.
El ministro de Exteriores chino ha trasladado a Blinken su deseo de que Estados Unidos «exhiba una comprensión objetiva y racional sobre China» y «actúe en consonancia con Pekín» para «gestionar cualquier incidente inesperado de manera calmada, profesional y racional»
Blinken extendió a Qin una invitación para viajar a Estados Unidos, que el ministro chino aceptó «cuando sea conveniente para ambas partes», añade la nota.
ENCUENTRO CON PRINCIPAL ASESOR
Blinken, se ha reunido este lunes en Pekín con Wang Yi, el principal asesor de política exterior del presidente chino, Xi Jinping, quien ha destacado que la visita tiene lugar «en un momento crítico» para las relaciones bilaterales.
Blinken ha ensalzado en un mensaje en Twitter que «continúa la importante diplomacia cara a cara en Pekín» y ha dicho que en la reunión con Wang se han abordado «un abanico de asuntos bilaterales y globales que afectan a la gente en casa y en todo el mundo».
Wang ha subrayado que «es necesario elegir entre el diálogo y la confrontación, entre la cooperación y el conflicto», antes de abundar en que «la Historia siempre avanza y las relaciones entre China y Estados Unidos terminarán por hacerlo», según un comunicado publicado por el Ministerio de Exteriores chino en su página web.
«No hay forma de dar la espalda a la rueda de la Historia y es aún menos recomendable empezar de nuevo. Con una actitud de responsabilidad hacia la población, la historia y el mundo, debemos revertir la espiral descendente de las relaciones sino-estadounidenses, empujar para un retorno a un camino saludable y estable y trabajar juntos para hallar un camino correcto para que China y Estados Unidos se lleven bien en la nueva era», ha enfatizado.
PRINCIPALES PROBLEMAS
Así, ha argumentado que los principales problemas «están arraigados en una percepción errónea de China por parte de Estados Unidos, lo que lleva a políticas erróneas hacia China». «Las relaciones sino-estadounidenses han experimentado subidas y bajadas y es necesario que Estados Unidos reflexione profundamente y trabaje con China para gestionar de forma conjunta las diferencias y evitar las sorpresas estratégicas», ha señalado.
Wang ha hecho hincapié en que «para que las relaciones sino-estadounidenses dejen de caer y se estabilicen, la principal prioridad es aplicar realmente el consenso alcanzado por los dos jefes de Estado», antes de abundar en la necesidad de «seguir los principios de respeto mutuo, coexistencia pacífica y cooperación beneficiosa para ambas partes propuestos por Xi».
En este sentido, ha incidido en que «la lógica histórica y la inevitable tendencia del desarrollo y la revitalización de China ha introducido unas características distintivas del estilo de modernización chino y unas ricas connotaciones de la democracia popular durante el proceso», por lo que ha pedido a Washington «que no mire a China desde la postura de que un país firme debe buscar la hegemonía».
«Esto es clave para que la política estadounidense hacia China pueda volver verdaderamente a la objetividad y la racionalidad», ha dicho, antes de reclamar a Washington que «deje de azuzar la teoría de la amenaza china, que retire sus ilegales sanciones unilaterales, que deje de reprimir el desarrollo tecnológico de China y que evite interferir de forma intencionada en sus asuntos internos», con acento especial en la situación en torno a Taiwán.