Por Francisco Calderón Hernández
San Francisco de Macorís. El reverendo padre Isaac García de la Cruz, fustigó duramente la corrupción, señalando que la misma no es más que una gangrena que corroe el tejido social, debilita nuestras instituciones y siembra desconfianza entre todos los ciudadanos.
“La corrupción, que podría afectar a cualquier país y que también podría conquistar a cualquier empleado público o privado, la que sale a la luz pública y la que puede solaparte a través de actos de bondad y generosidad, no es más que una gangrena que corroe el tejido social”, precisó
El sacerdote quien es rector de la Universidad Católica Nordestana (UCNE), emitió sus consideraciones al pronunciar la homilía esta mañana en la Catedral Santa Ana, con motivo de la celebración del 181 aniversario de la Independencia de la República Dominicana.
La actividad religiosa estuvo presidida por Monseñor Alfredo de la Cruz Baldera, obispo de la Diócesis de San Francisco de Macorís y asistieron las principales autoridades civiles y militares de la provincia Duarte.
El reverendo García de la Cruz, entiende que toda corrupción de un servidor público o privado, debilita nuestras instituciones y siembra desconfianza entre todos los ciudadanos.
Citó las palabras de Jesús a sus discípulos “Si tu mano de te hace caer, córtala…si tu pie te hace pecar, córtatelo…si tu ojo te hace pecar, sacártelo… más te vale entrar manco en la vida que con las dos manos ir al infierno, al fuego que no se apaga”.
Significó que Juan Pablo Duarte, con su profundo amor por la patrias y su lucha por la justicia, nos dejó un gran legado cuando decía “Vivir sin Patria es lo mismo que vivir sin honor”, por lo cual entiende que toda corrupción, de un servidor público o privado, atenta contra ese honor y no ejercer los deberes y los derechos ciudadanos, atenta contra ese honor, afecta los servicios de salud, la educación, la alimentación, la vivienda, la equidad, la vida saludable, el medio ambiente y por tanto, contra la esencia misma de lo que significa ser humano, ser dominicano.
“También nuestros obispos dominicanos, en su acostumbrado mensaje para este año, con ocasión de nuestra Independencia, titulado “Fortalecer la esperanza. Un llamado a la fe y a la solidaridad”, nos indican aquellos lugares y situaciones donde tenemos, como país, la necesidad de sembrar esperanza, pero también que son situaciones que, si no prestamos atención, atentan contra ese honor patriótico”.
Refirió entre ellos la violencia e inseguridad ciudadana, el desconocimiento de la dignidad de la persona humana, la sociedad del descarte, las precariedades que muestran muchas de nuestras cárceles, siendo lugares inhóspitos y que no cumplen con su rol de regenerar a sus internos, los desafíos que enfrenta el sistema de salud por la falta de recursos humanos y económicos, la deficiencia de las infraestructuras, la gestión misma del sistema, nuestros jóvenes que no trabajan ni estudian, la situación de los migrantes, la realidad que enfrentan muchos adultos mayores, la brecha existente entre ricos y pobres, la falta de empleo y el alto costo de la canasta familiar.
El reverendo Isaac García de la Cruz, en otra parte de la homilía, resaltó la valentía, el sacrificio, las estrategias y determinación de todos nuestros próceres exhortando a los dominicanos a comprometernos a cortar de raíz cualquier acción que ponga en peligro a nuestra Patria, agregando que “debemos arrancar de nuestro medio todo aquello que escandaliza y pone en peligro la dignidad de nuestra gente, sobre todo, de los más humildes y vulnerables.
El religioso y académico hizo hincapié, además, en la necesidad de un buen sistema de justicia y un buen sistema de rendición de cuentas y transparencia, que a su entender no son meras aspiraciones de soñadores, sino imperativos a los cuales nos enseñó personalmente Juan Pablo Duarte y aspira para que “todos nosotros y por el cual nos debemos esforzar todos, si queremos conservar nuestra independencia”.
Advirtió que “en estos días hemos estado escuchando los riesgos reales que acechan a nuestra nación y nuestros ideales patrios y, por ende, a nuestra democracia, a nuestra libertad e independencia. De muy diversas maneras, se puede atacar, debilitar o cambiar nuestra historia que ha costado sangre y vida. De esto estaba muy consciente Duarte cuando nos dijo “Trabajemos por y para la patria, que es trabajar para nuestros hijos y para nosotros mismos”.
Exhortó a cada dominicano a mantener la integridad y la pureza de nuestros valores patrios, sugiriendo que eso se transmita de corazón a corazón, de generación a generación, pues no podemos permitir que nada ni nada nos haga perder la esencia de ser dominicano, ni de ser una nación libre, la esencia de ser personas alegres, acogedoras, nobles, justas y patriotas.
“Es momento de mirar hacia adelante, con esperanza y determinación. Esta tierra de Duarte, Sánchez y Mella, de María Trinidad Sánchez, de Concepción Bona y otros tantos, hoy necesitan de dominicanos convencidos y honestos, de hombres y mujeres patriotas, de niños y jóvenes que enciendan en sus corazones nuevas llamas de patriotismo y defensa de la nacionalidad”.
Añadió que también necesitan de autoridades nacionales, provinciales, locales, de militares, policías, académicos, educadores comprometidos con transmitir los valores de Dios, la Patria y la Liberación, sobre los que Duarte fundó nuestra nación y de dominicanos que practiquen y transmitan a las futuras generaciones las buenas acciones, para que sin importar donde estemos, en nuestra tierra o allende los mares, trabajemos incansablemente por el bienestar de todo el país y preservar nuestra dominicanidad.
Hoy en San Francisco de Macorís, común cabecera de la provincia Juan Pablo Duarte, se han desarrollado diversas actividades con motivo del 181 aniversario de la Independencia Nacional.
Los actos se iniciaron a las ocho de la mañana con el izamiento de la Bandera Nacional, frente al Ayuntamiento Municipal, concomitantemente con la interpretación de las notas del Himno Nacional, a cargo de la banda de música municipal y el Ejercito de la República Dominicana, seguido de la ofrenda floral en la estatua del patricio Juan Pablo Duarte, en el parque del mismo nombre y el tedeum en la Catedral Santa Ana.
